jueves, 9 de julio de 2009

¿Ahora qué?


Patético, patético, patético, 1000 veces patético.
No peleaste, por ello patético.
No hablaste, por ello patético.
Lo tragaste, por ello patético.
Solo miraste, por ello patético.
Te lamentas, por ello patético.
Aún sufres, ¡eres patético!
Por eso y 1000 razones más eres patético.

Tuviste la oportunidad, una de esas que no se repiten y aún así la dejaste caer al suelo.
Todo lo tuviste y por miedo, no lo tomaste.
Y ahora crees que puedes resolver el inmenso problema que tú mismo creaste y en el que sólo tú te metiste.
Eso es patético.

Tomaste una rosa, la cual prometiste mantener con vida. Esa rosa es la misma que ayer despojaste de sus pétalos de un solo golpe a causa de un estúpido instinto. Es a la misma que hoy quieres devolver su belleza y de la cual sólo restan sus espinas incrustadas en tus manos. Patético.

Ni siquiera eres capaz de pensar en una metáfora decente. Elegiste un simple cliché que le arrebata la poca seriedad que hay en tus palabras. Aún más patético.

Tu mismo te insultas. ¿Qué tan patético es eso? Si tu mismo te menosprecias ¿cómo piensas salir adelante?
Te mientes a ti mismo… patético. Y peor aún, te crees. ¡Que estúpido!
Pero eso no es todo, todavía hay algo aún más grande. Lo peor de todo es que él no tiene nada que ver y como si fuera poco a nadie le importa.
El problema eres tú.

-- Carajo. Soy patético…